El pasado 12 de agosto de 2025, en los Alpes suizos, el avión SolarStratos alcanzó los 9,521 metros de altitud, estableciendo un nuevo récord mundial para un avión solar tripulado. Al mando estaba el ecoexplorador suizo Raphaël Domjan, fundador del proyecto, quien despegó desde el aeropuerto de Sion y permaneció en el aire durante más de cinco horas. La marca supera los 9,235 metros alcanzados en 2010 por el Solar Impulse, confirmando que la tecnología solar sigue avanzando en el campo de la aviación experimental.
Detalles del vuelo
El SolarStratos es una aeronave ultraligera, de apenas 450 kilos, diseñada específicamente para volar con energía solar:
- Motor eléctrico: 43 caballos de potencia.
- Batería: 20 kWh, recargada en vuelo gracias a las alas recubiertas de paneles solares.
- Envergadura: casi 25 metros.
- Duración del vuelo: 5 horas y 9 minutos.
- Cabina: no presurizada; el piloto debió usar un traje presurizado por el frío extremo y la baja presión atmosférica.
El ascenso fue progresivo, apoyado en las corrientes ascendentes del aire. A lo largo de la travesía, Domjan llegó incluso a cruzarse con un avión comercial, mostrando en una sola imagen el contraste entre la aviación tradicional y la que busca abrirse paso con nuevas tecnologías.
Los límites de la electrificación
Para dimensionar el logro: un avión comercial típico vuela entre 10 000 y 12 000 metros de altitud. El SolarStratos, con un motor eléctrico de apenas 43 caballos —menos potencia que la de un coche urbano—, logró situarse prácticamente a esa altura.
Pero aquí surge la gran diferencia: no veremos pronto un Airbus o un Boeing cruzando el Atlántico con baterías. La razón es simple: la densidad energética de las baterías es muy baja comparada con la del queroseno. Para un vuelo intercontinental, el peso de las baterías necesarias sería tan alto que el avión no podría despegar.
Por eso, los proyectos de aviones eléctricos se concentran en trayectos cortos o en vuelos experimentales. En paralelo, la electrificación sí avanza en aspectos concretos de la aviación comercial:
- Muchos aviones modernos utilizan sistemas eléctricos para el taxi en pista, reduciendo el consumo de los motores principales.
- Los sistemas auxiliares, de climatización y controles electrónicos han migrado cada vez más hacia soluciones eléctricas.
En síntesis: los avances son reales, pero el “vuelo eléctrico” de largo alcance sigue estando fuera de nuestro alcance con la tecnología actual.
El futuro inmediato: combustibles sostenibles
El hito del SolarStratos abre la conversación sobre cómo será la aviación del futuro. Y aunque la electrificación total aún está lejos, la industria ya tiene una respuesta práctica para reducir su huella: los combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés).
El SAF puede producirse a partir de residuos orgánicos, aceites usados o incluso mediante procesos que capturan CO₂ de la atmósfera. Su gran ventaja es que puede emplearse en los motores actuales con muy pocas modificaciones, lo que lo convierte en una solución inmediata.
Hoy apenas representa una fracción mínima del combustible que consume la aviación global, pero la IATA estima que en 2050 podría cubrir hasta el 65 % de la demanda, siendo la clave para alcanzar la neutralidad de carbono en el sector.
En definitiva, el récord de SolarStratos demuestra hasta dónde puede llegar la energía solar en la aviación experimental. Pero en el terreno comercial, el camino más cercano pasa por el SAF, que se perfila como la gran alternativa a medio plazo para descarbonizar un sector que representa cerca del 3 % de las emisiones globales.