Las líneas de distribución puede que sean el elemento del sistema eléctrico panameño más icónico. Todos tenemos un poste de luz y una maraña de cables cerca de nuestra casa. Estos postes y cables forman parte de la línea de distribución de energía de Panamá. Son los responsables de mover la energía a media tensión del país, entre 600 V y 115 kV, y de transformarla en baja tensión para que los consumidores podamos aprovecharla.
Empresas Distribuidoras
La red de distribución eléctrica del país está en manos de tres concesionarias, que operan bajo un esquema mixto público-privado:
Naturgy Panamá (antes EDEMET y EDECHI)
Hasta hace unos años, los usuarios conocían a las distribuidoras como EDEMET y EDECHI. Hoy, ambas funcionan bajo la marca única Naturgy Panamá, aunque las sociedades se mantienen como titulares legales de las concesiones.
-
EDEMET (Empresa de Distribución Eléctrica Metro Oeste S.A.) cubre las provincias de Veraguas, Coclé, Herrera y Los Santos, además de la provincia de Panamá al oeste del Canal y parte de la ciudad capital en su zona occidental.
-
EDECHI (Empresa de Distribución Eléctrica Chiriquí S.A.) atiende las provincias de Chiriquí y Bocas del Toro.
En conjunto, Naturgy Panamá concentra cerca del 70 % del mercado nacional (aprox. 49 % a través de EDEMET y 21 % mediante EDECHI). Toda la operación comercial, atención al cliente y comunicación oficial se realiza hoy exclusivamente bajo la marca Naturgy Panamá.
En cuanto a su propiedad, ambas distribuidoras tienen participación mixta: el Estado panameño posee alrededor del 48 % de las acciones, mientras que el resto pertenece a la Distribuidora Eléctrica del Caribe S.A., subsidiaria de la española Naturgy. Otro pequeño porcentaje es de inversionistas privados.
ENSA (Elektra Noreste S.A.)
ENSA atiende Darién, Colón, parte de la provincia de Panamá al este del Canal, la comarca Guna Yala (San Blas) y las islas del Golfo de Panamá. Su participación en el mercado ronda el 30 %.
La empresa pertenece mayoritariamente al grupo colombiano EPM (Empresas Públicas de Medellín), con un 51 % de las acciones, mientras que el Estado panameño conserva un 48 %.
Postes de luz y distribución aérea
El “poste de luz” es quizás el elemento más visible de todo el sistema eléctrico panameño. Sobre él se instalan transformadores que reducen la tensión de media a baja tensión, y una maraña de cables conductores que llevan la electricidad a cada hogar, comercio o industria. En Panamá, como en muchos países latinoamericanos, esta infraestructura es tan cotidiana que forma parte del paisaje urbano, si se le puede llamar paisaje...
¿Por qué tantas líneas aéreas? La respuesta combina costos y practicidad: construir redes aéreas es entre 5 y 10 veces más barato que instalarlas bajo tierra, y además el mantenimiento resulta más sencillo. Si un cable se rompe o un transformador falla, la avería es visible de inmediato y las brigadas de las distribuidoras pueden repararla en cuestión de horas.
Este diseño responde también a la realidad económica y geográfica del país: en un territorio con zonas rurales dispersas, montañosas o de difícil acceso, las líneas aéreas permiten una electrificación más rápida y asequible. El precio a pagar es la estética urbana y la exposición a fenómenos climáticos: un solo árbol caído o una tormenta fuerte pueden dejar sin luz a barrios enteros.
Ese “mar de cables” que cruza calles y avenidas no es casualidad, sino el reflejo de una decisión técnica y económica consciente, donde se priorizó cobertura y costos frente a la imagen visual de las ciudades.
Soterramiento
El soterramiento de cables busca dar un salto de calidad en seguridad, resiliencia y urbanismo. Consiste en trasladar las líneas de distribución que hoy recorren postes hacia ductos subterráneos, generalmente de hormigón, que concentran electricidad y telecomunicaciones en un solo espacio.
Aunque la inversión inicial es mucho mayor que la de una red aérea, las ventajas son claras:
-
Mayor resiliencia ante tormentas, huracanes o caída de árboles. Un problema habitual en un país tropical como Panamá.
-
Reducción de accidentes, especialmente en áreas urbanas densas.
-
Menor mantenimiento a lo largo del tiempo, porque los cables están protegidos.
-
Mejor estética y orden urbano, eliminando la contaminación visual.
-
Infraestructura compartida: al concentrar electricidad y fibra óptica, se facilita la expansión de telecomunicaciones y ciudades inteligentes.
En Panamá ya se están dando pasos importantes:
-
En Ciudad de Panamá, el proyecto de soterramiento incluye más de 250 km de ductos en el área bancaria (Campo Alegre y Obarrio).
-
En Santiago (Veraguas) se proyecta enterrar 44,7 km de líneas, con capacidad para 50.000 metros de cables.
-
En David (Chiriquí), las obras han iniciado con tramos de cableado ya soterrado.
Estos proyectos no son solo una mejora estética: representan una apuesta por modernizar la red de distribución y preparar las ciudades para el futuro, donde la digitalización y la movilidad eléctrica necesitarán redes más robustas y organizadas.
Lo que sigue
En el próximo capítulo nos enfocaremos en la demanda eléctrica en Panamá, es decir, cómo, cuándo y por quién se consume la energía que llega a través de estas redes de distribución.
Fuentes consultadas: ASEP, Banco Interamericano de Desarrollo, Página Oficial de Soterramiento