El diputado Rogelio Revello presentó ante la Asamblea Nacional un anteproyecto de ley que busca garantizar que el octanaje y la calidad del combustible que se vende en las estaciones de servicio coincidan con lo que se anuncia al consumidor. Hasta ahora, el control estatal se ha centrado principalmente en los precios máximos, pero no en la verificación técnica del producto que llega al tanque de los vehículos.
¿Qué es el octanaje y por qué importa?
El octanaje mide la capacidad de la gasolina para resistir la detonación prematura dentro del motor. En palabras simples, indica cuán estable es el combustible cuando se somete a presión y temperatura antes de encenderse con la chispa de la bujía.
Un número de octanos más alto —como “95” frente a “91”— significa que el combustible tolera mayor compresión sin encenderse por sí solo. Esto es fundamental en motores modernos de alta compresión, que requieren gasolinas más resistentes para evitar el fenómeno conocido como “golpeteo” o “knocking”: una combustión descontrolada que produce vibraciones, pérdida de potencia y, a largo plazo, daños mecánicos en válvulas o pistones.
Sin embargo, más octanaje no siempre significa más calidad en sentido general. Cada motor está diseñado para funcionar con un nivel específico de octanaje, y usar una gasolina con un número mayor al necesario no mejora el rendimiento.
Lo importante es que el combustible cumpla exactamente con lo que promete el surtidor: ni menos ni más, sino el valor correcto para garantizar un desempeño eficiente y seguro.
¿Qué propone el proyecto y cómo encaja con la regulación actual?
El anteproyecto de ley presentado por el diputado Rogelio Revello plantea que la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco) y la Secretaría Nacional de Energía sean responsables de implementar un sistema de certificación y verificación técnica del octanaje y la calidad de los combustibles vendidos en el país.
Esto implicaría controles periódicos y públicos que aseguren que el combustible despachado en cada estación coincida con lo que se anuncia.
Actualmente, Panamá ya cuenta con mecanismos de regulación de precios y normas sobre almacenamiento y seguridad, pero no existe un procedimiento formal que permita comprobar —de manera visible para el usuario— que la gasolina vendida mantiene el octanaje correcto.
De aprobarse, la ley introduciría un nuevo estándar de transparencia técnica en la cadena de suministro: del importador al surtidor, garantizando que el valor de octanos publicado en los letreros sea una realidad medible y certificada.
Beneficios para los consumidores
Para los conductores panameños, la medida significaría mayor seguridad y confianza al momento de abastecerse. Saber que la gasolina que compran realmente tiene el octanaje anunciado evitaría fallas mecánicas, reduciría el gasto por mantenimiento y mejoraría el rendimiento general del vehículo.
Además, fortalecería la competencia leal entre estaciones, ya que todas tendrían que cumplir las mismas pruebas técnicas, y podría incentivar a las empresas distribuidoras a invertir en mejores controles de calidad y trazabilidad.
La propuesta de Revello abre una discusión importante sobre la calidad real de los combustibles en Panamá y el papel del Estado en garantizar que los estándares técnicos se cumplan. Si avanza en la Asamblea, podría convertirse en un paso decisivo hacia una mayor confianza entre consumidores, estaciones y autoridades en uno de los sectores más sensibles para la economía nacional.
Fuentes consultadas
- Telemetro — “Proyecto de ley busca certificar el octanaje de la gasolina que se vende en las estaciones” (publicado: 5–6 oct 2025)
- Acodeco — Verificaciones en estaciones de expendio de combustible (consulta: oct 2025)
- Gaceta Oficial N.º 30347-C — Resolución de precios de combustibles (marco vigente) (publicado: 20 ago 2025)
- Panamá en Minutos — Cobertura del proyecto de ley sobre certificación de octanaje (publicado: 5 oct 2025)